Venezuela divide al mundo, repercute en el enfrentamiento de izquierdas derechas y descubre las mugres de la globalización

...Obviamente esta coyuntura fue aprovechada por la oposición política interna que no desaprovechó  espacio para denunciar o quejarse de todo tipo de errores, irregularidades o bien alimentando con bulos la explosiva exposición periodistica en el mundo contra el gobierno de Venezuela.
Varios golpes de estado en el país incentivados por EEUU resultaron fallidos. En principio por no contar con las mayorías populares y fundamentalmente porque los golpes de estado incomodaban a otros países latinos que habían sufrido el fenómeno, obviamente siempre con el intervencionismo estadounidense. Pero la penetración informativa sumamente agresiva por encima de los golpes de estado fallidos, no cejó ni un instante y cundió por el mundo. "Hay que salvar a Venezuela", buen mensaje para el mundo occidental, paradójicamente como el que también caló con el pronunciamiento de salvar a Irák, a Pakistán a Libia o Siria, casualmente países muy ricos en petróleo, actualmente en guerra o simplemente semidestruídos.
Sin embargo, aquel mundo llenándose la boca de democracia, libertad o derechos humanos que ni siquiera se inmuta o se inmutó con la miseria y la falta de derechos fundamentales en centroamérica. En Colombia, en Perú, en Paraguay, en el Salvador, Guatemala, Haití, en Jamaica, etc etc. Países satélites de EEUU, de los que poco se conocen ni tienen espacio informativos, mucho menos las voces populares de los desahuciados sociales.
Sin hacer extensiva estas reflexiones sobre las relaciones de EEUU y de los gobiernos demócratas occidentales con Arabia Saudí, Kuwait, Qatar, Dubai, emiratos etc. La moneda está echada sobre Venezuela.
La política exterior de EEUU no es precisamente diplomática, sino intervencionista hasta torpe y tonta. Este intevencionsimo consiste en cuatro pasos: Primero se crea el caos económico mediante bloqueos hasta lograr el caos social. El segundo paso es incentivar una oposición hasta lograr el triunfo en las urnas. Si esto no ocurre, pues se recurre a un golpe de estado. Pero si esto falla, el cuarto paso es lisa y llanamente una intervención militar.
Como ya ha ocurrido en otros países latinos; Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Colombia, El Salvador etc etc. El procedimiento es el mismo.
Venezuela estaba en la segunda fase del operativo estadounidense, el caos social se produjo en forma profunda pero no resultó efectiva para cambiar gobierno.  Fue entonces que a raíz de que la derecha en Argentina y Brasil se establecieran como gobiernos mayoritarios y teniendo en cuenta que tanto Bolsonaro como Macri son expresos enemigos de cualquier izquierda y muy afectos a los EEUU. resultaron el detonante para asestar el tercer tramo operativo a la Venezuela dividida, sobrevino el golpe de estado.
No obstante, aunque Europa y especialmente España, conjuntamente con EEUU, Canadá y Reino Unidos entre otros, reconocen a un autoproclamado presidente. Las cosas no están claras, puesto que existen muchos otros paises que no han reconocido esta opción o golpe de estado, entre los que se encuentran China, Italia y Rusia.
Por lo tanto, Estados Unidos ya está preparada por el cuarto y último paso operativo. La invasión militar que surgirá a través de la estrategia de la creación de un organismo llamado "ayuda humanitaria", ya utilizada en otros sucesos similiares inducido por los EEUU,  que podría acceder por las fronteras de Colombia o Brasil, bajo el perfil de aparente solidaridad, que serviría como en otras partes para colar grupos militares especiales a territorio venezolano.
No se explica que ahora, tanto EEUU como sus socios casuales en el caso, estén interesados en enviar medicamentos y alimentos al pueblo venezolano, cuando durantes años a raíz de un deprorable bloqueo se comprimió toda partidas de ese tipo.
La situación de Venezuela es crítica y al borde de una guerra. Una cuestión que podría haberse dirimido en Naciones Unidas pero que sólo se ha resuelto en países gobernados fundamentalmente por las derechas internacionales de posiciones intervencionistas o coloniales.
En el caso del presidente Sánchez en España, obedece simplemente a que su neutralidad, hubiera significado la fuga de muchos votos, teniendo en cuenta que en la península se ha usado el asunto de Venezuela como activo político interno para atacar o denostar a adversarios por la  raíz de la fuerte influencia informativa que ejerce EEUU sobre los medios locales. En todo caso, al gobierno español de Sánchez, con su postura, demuestra por una parte, un fondo intervencionista sobre otras soberanías, y demuestra que al gobierno español le importa muy poco si corre o no corre sangre en Venezuela como ya ha ocurrido en otros países expuestas al mismo fenómeno liderado por EEUU. Pues el autopronunciado presidente no es ejecutiva y que sólo podría serlo mediante un golpe militar interno o externo, evidentes consecuencias de confrontación. Y esto lo sabe todo el mundo.
En todo caso, la situación crítica de Venezuela, demuestra las hipocresías democráticas de algunos países. Pues su postura con Venezuela, no es la misma con Arabia Saudí, con los Emiratos, con Qatar, Kuwait etc.
De todas formas, era indudable que había que tomar una decisión sobre la crisis política y social en Venezuela. La mejor manera democrática y por respeto a la soberanía de los pueblos hubiera sido plantearla en las Naciones Unidas y la peor la unilateralidad en la cuestión. En este caso, fue la seguida por Sánchez que ni siquiera la planteó en el parlamento Español y menos en un referéndum popular dada la delicadeza de la cuestión. Sánchez metió a todo el pueblo español y a los 300 mil españoles que viven en Venezuela en un brete difícil de pronosticar. En este sentido, Pedro Sánchez, su partido, el PSOE, según se entiende, fueron peleles de los EEUU y la beligerancia de Donald Trump. Los nuevos discursos de paz, elecciones democráticas libres y soberanas en Venezuela, no borran la realidad. Venezuela quedó a merced de una guerra civil o una invasión militar.